La primera y más joven de ellas, Clotho, presidía el momento del nacimiento iniciando el hilo del destino de los hombres. La segunda y representada en ocasiones por una mujer madura, Lachesis, era la que hilaba el hilo de la vida. Y la tercera y más vieja —la parca propiamente dicha— era Atropos, la encargada de cortar con las tijeras el hilo de la vida, sin respetar edad, riqueza o poder.
Las Parcas hilaban lana negra para una vida corta y desgraciada y blanca para una vida feliz y prolongada, aunque muchas veces solían mezclar los dos tipos de lana.
Lo que yo os puedo decir es que para algunos; verse librados de los hilos que les han tenido sujetos los suficiente como para sentirse realmente libres es toda una atadura, si no me creéis, probad la Tirolina.